sábado, 14 de julio de 2012


El aceite de oliva, la grasa más saludable del mundo


No hay grasa con las ventajas saludables del aceite de oliva virgen. Ayuda a controlar el colesterol y la arteriosclerosis, previene la oxidación de las células, ayuda a prevenir la presión arterial, es útil en el tratamiento y prevención de algunos tipos de diabetes y puede ayudar a proteger el organismo ante determinados tipos de cáncer.

El aceite de oliva virgen, en combinación con la dieta mediterránea, está también asociado a una menor mortalidad por causas cardiovasculares y las últimas investigaciones se centran, sobre todo, en las ventajas que aportan los componentes únicos del aceite de oliva.

Aceite de oliva virgen versus otras grasas frente al colesterol

Los alimentos ricos en grasas monoinsaturadas, cuyo principal y clásico representante es el aceite de oliva virgen, son más beneficiosos que los otros aceites vegetales. Ello supone que utilizar aceite de oliva virgen en la cocina y en la mesa es más saludable para prevenir la arteriosclerosis y el colesterol que cocinar o aliñar los alimentos con aceite de girasol o preparase el desayuno con galletas, tostadas o cereales que contengan grasas vegetales y/o animales.

Hay tres razones básicas

El consumo habitual de aceite de oliva virgen es capaz de originar un descenso del colesterol (LD), la fracción perjudicial del colesterol, sin que descienda el colesterol bueno (HDL), la fracción protectora de la arteriosclerosis. De esta forma, el aceite de oliva interferirá con el acúmulo de colesterol en las paredes arteriales y potenciará las acciones beneficiosas del HDL, entre las que destaca la función de transporte del colesterol sobrante desde las paredes de las arterias hasta el hígado, donde será posteriormente metabolizado y eliminado, favoreciendo, por tanto, su retirada del organismo.
Las grasas que más elevan el colesterol LDL son las saturadas, abundantes en los productos lácteos, las carnes, en sus derivados y en los aceites vegetales de origen tropical, como los de palma y coco. Estos aceites vegetales de origen tropical se utilizan con frecuencia en la preparación de alimentos industriales de amplio consumo por las poblaciones infantil y juvenil. La importancia de las grasas saturadas, en elevar el colesterol LDL, es tan grande que su efecto perjudicial es peor, incluso, que el consumo de alimentos ricos en colesterol.
El aceite de girasol, o de maíz que son grasas poliinsaturadas, son capaces de descender el colesterol LDL, la fracción perjudicial del colesterol, pero como desventaja, también desciende el colesterol bueno (HDL).

Sólo cuando se consume aceite de oliva virgen se obtienen estos beneficios

Cuando compramos una botella donde solo aparece la palara " Aceite de oliva", estamos comprando aceite de oliva refinado, al que se le ha añadido un poco de virgen para darle gusto. Al refinar el aceite de oliva virgen se pierden todos los componentes que lo hacen único frente a cualquier otro tipo de aceite. Componentes que no se pueden añadir de forma artificial.
Por esta razón se debe consumir aceite de oliva virgen y sin mezclar con otros tipos de grasas. Hay que asegurarse que la palabra "virgen" aparece claramente en la etiqueta. Otros tipos de aceites vegetales, aunque se comercialicen enriquecidos con otras sustancias, están muy lejos de alcanzar la composición natural del aceite de oliva virgen, según consenso de todos los especialistas. 

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